Fondearse en cualquier río o arroyo del delta y tener la posibilidad de obtener un ejemplar colosal de carpa, es un privilegio que quienes navegamos y gustamos de la pesca podemos darnos. También es una alternativa muy válida para pescarla en muelles y espigones. El conocimiento general de la especie, su biología y comportamiento, nos da un plus fundamental para lograr el éxito.

Hacia fines del siglo XIX, durante la presidencia del General Roca, llegó destinado a la provincia de Córdoba un lote relativamente numeroso de ejemplares juveniles de carpa. Ni el profeta más acertado podría haber imaginado la prolífera dispersión de este pez que a través de una gran capacidad de adaptación a diferentes medios, conquistó sin prisa y sin pausa el sistema del Río Salado, las lagunas bonaerenses y el estuario del Río de la Plata.

Este Ciprínido originario de Asia menor fue introducido en Europa por los romanos y diseminados en todo el planeta por los amantes del acuario y de los jardines con peces.

Su cuerpo es fusiforme y presenta siete aletas entra las que sobresale un extensa dorsal. La piel de este pez es gruesa y está cubierta por grandes escamas cicloideas y una abundante capa de mucus que la protege de los cambios en el PH del agua y los ectoparásitos. Su cabeza es grande y está limitada en su extremo anterior por la boca que es relativamente chica. Rodean a las mandíbulas dos pares de barbillas ubicadas sobre las comisuras labiales. Su régimen  alimentario es omnívoro. Prefiere las aguas remansadas o estancadas con abundante vegetación y con poca profundidad.

Las carpas requieren muy poca cantidad de oxígeno para sus funciones vitales (3 mg. de oxígeno por litro de agua), hecho que facilita su adaptación a los más hostiles medios. Tiene además una gran tolerancia a las variantes térmicas. Se conoce las adaptaciones a medios tropicales y también se ha comprobado que resiste las frías temperaturas sin inconvenientes.

La reproducción tiene lugar para fines de la primavera. El agua no debe tener una temperatura inferior a los diecisiete grados centígrados.

Una hembra adulta desova aproximadamente trescientas mil huevas y la fertilización de las mismas, por cuestiones aún no determinadas en el campo del comportamiento animal, se realiza en horas de la noche o el amanecer. Tres o cuatro machos cortejan a una sola hembra en un interesante juego nupcial con ruidosos saltos y veloces corridas.

Al tercer día las huevas fecundadas eclosionan y nacen los voraces alevinos que tienen una longitud de 0,5 cm. Inmediatamente los pequeños comienzan a alimentarse de algas y zooplancton teniendo particular predilección por vivaces microorganismos llamados rotíferos.

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El crecimiento responde a una serie de pautas vinculadas con las condiciones ambientales y a la disponibilidad de alimento. En libertad un ejemplar adulto puede llegar a medir unos 80 cm. de largo y alcanzar un peso cercano a los 15 kg., en tanto que en cautiverio condiciona hormonalmente su crecimiento al espacio físico en el que se halle.

La gran diversidad existente de especies y subespecies pertenecientes al género Cyprinus no es solo debido a la fortaleza integral del pez y a su capacidad de adaptación, sino también a las forma en que las carpas pueden ser experimentadas en los laboratorios donde los ictiólogos operan una minuciosa selección de caracteres genéticos logrando los más variados ejemplares.

Así han aparecido razas muy apreciadas por los acuaristas y se ha mejorado el rendimiento en la cantidad de su carne para ser utilizada con fines gastronómicos.

Para nuestras aguas se cita como la especie más común a Cyprinus carpio llamada vulgarmente Carpa Germana.

EQUIPAMIENTO PARA PESCARLA

Cualquier equipo de Bait casting o spinning de alrededor de 1,80 m. y 10/17 lb. como máximo, será suficiente para poder lograr una buena carpa. El reel, debe estar cargado con nylon de 0,30 mm o multifilamento de no más de 20 lb. La línea, un aparejo de fondo con dos anzuelos tipo “bogueros”, cortos, fuertes y bien afilados como los de la marca Katashi, modelo Maruseigo n° 14. El plomo tendrá relación con la intensidad de la corriente del curso en el que elijamos pescar.

CARNADAS: Harinados, masas aromatizadas, lombrices, maíz fermentado y sazonado con ajo o esencia de vainilla. La carpa utiliza mucho el olfato para localizar su alimento, por ello recomendamos la incorporación de componentes de atracción olfativa en las carnadas.

También sugerimos “cebar” la zona. Cuando llegamos al pesquero y aproximadamente cada media hora arrojar val agua un par de puñados de maíz atraerá no sólo a carpas, sino también a bogas y bagres.

Hasta la próxima!

Practicá pesca con devolución. Cuidá el ámbito en el que pesques.
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